Prótesis de rodilla

 

La rodilla es una articulación en bisagra que incluye al hueso del muslo (fémur) y al hueso de la espinilla (tibia). La cirugía de reemplazo de rodilla es una técnica que elimina la articulación enferma de una rodilla y la sustituye por una articulación artificial (prótesis). La razón más común para esta operación es la artrosis severa, que causa dolor incesante, deformidad de las articulaciones y problemas de movilidad. El procedimiento se conoce como “artroplastia total de rodilla 

Su médico puede recomendarle la cirugía de prótesis de rodilla si usted tiene dolor severo en la rodilla y discapacidad por artritis reumatoide o una lesión traumática. Un reemplazo de rodilla puede aliviar el dolor y ayudarle a vivir una vida plena y más activa.

Durante la cirugía, un cirujano ortopédico reemplazará la rodilla dañada por un dispositivo artificial (implante). A pesar de que la sustitución total de la articulación de la rodilla es el procedimiento común, algunas personas pueden beneficiarse de sólo un reemplazo parcial de rodilla.



Los implantes están hechos de aleaciones de metales, materiales cerámicos o piezas de plástico fuerte, y se pueden unir al hueso con cemento acrílico. Hay muchos tipos diferentes de implantes. Su cirujano le explicará el tipo de implante que mejor se adapte a sus necesidades.

Usted no sentirá ningún dolor durante la cirugía debido a que recibirá anestesia. Usted podrá recibir anestesia general o regional (espinal o epidural), según el caso.

Después de recibir la anestesia, el cirujano hará una incisión sobre la rodilla para abrirla. Luego, el cirujano procederá a desplazar la rótula de lugar, cortar los extremos del fémur y la tibia y colocar en su reemplazo la prótesis artificial de rodilla. Finalmente reparará los músculos y tendones alrededor de la articulación nueva y cerrará la incisión quirúrgica. La operación suele durar alrededor de 2 horas. Los meses posteriores a la operación deberán utilizarse para realizar ejercicios de rehabilitación.

Los resultados de un reemplazo total de rodilla con frecuencia son excelentes y no se esperan demasiadas complicaciones. La operación alivia el dolor en la mayor parte de los casos, y la mayoría de la gente no necesita ayuda para caminar después de que se recuperan totalmente. La mayoría de las articulaciones de rodilla artificial duran entre 10 a 15 años. Algunas duran hasta 20 años antes de aflojarse y necesitar un nuevo reemplazo.

 

Los materiales utilizados en las articulaciones artificiales varían, dependiendo del tipo de articulación que está siendo reemplazada y cómo debe funcionar la articulación. Las articulaciones de la cadera, por ejemplo, necesitan ser fuertes y capaces de soportar el peso de su cuerpo. Por otro lado, las articulaciones de las rodillas tienen que ser flexibles y fuertes. En general, los componentes deben ser durables, flexibles y capaces de funcionar en el organismo sin causar una reacción del sistema inmunológico.

Las articulaciones artificiales han mejorado mucho desde que se introdujeron por primera vez hace unos 40 años. Los reemplazos para las articulaciones de la rodilla incluyen porciones de metal, como acero inoxidable, titanio, cromo y cobalto. Otras porciones están hechas de un plástico fuerte y durable llamado polietileno.

Los nuevos tipos de prótesis de rodilla son muy flexibles, permitiendo que la rodilla se doble hasta 155 grados. No todas las personas están preparadas para recibir este tipo de prótesis, así que consulte con su cirujano. Las piezas están diseñadas para encajar perfectamente entre sí y funcionar lo más cerca posible de la articulación natural. Se utiliza en algunos casos un cemento óseo cerámico para mantener las partes estáticas de la articulación artificial en su lugar.

Algunos nuevos implantes están hechos de un tipo especial de cerámica o de zirconio oxidado. Un implante de cerámica tiene una superficie lisa que reduce la fricción y el desgaste de la articulación que puede resultar en la necesidad de una cirugía de revisión.



 

En la cirugía para poner una prótesis en la rodilla, hay dos tipos de reemplazos a considerar: cementada y no cementada, o un híbrido (combinación) de ambas. La diferencia entre los dos tipos es la forma en que son fijadas en su posición.

La versión cementada, como su nombre indica, utiliza un tipo especial de cemento de hueso que ayuda a mantener los componentes de la prótesis en su lugar. Con la no cementada los elementos que caben dentro de los huesos están hechos de un material poroso que permite que el hueso natural crezca en ella.

Cada tipo de implante tiene ventajas y desventajas. La versión cementada puede ser mejor para personas mayores, menos activas. Eso es porque en algún momento las porciones del cemento pueden desprenderse, lo que permite que el implante se afloje un poco. Sin embargo, el cemento para huesos y las técnicas quirúrgicas han mejorado en los últimos años a fin de que los implantes cementados pueden trabajar para los pacientes más jóvenes y activos.

Las versiones sin cemento pueden durar más tiempo, en algunos casos porque no hay cemento que se afloje. Sin embargo, estos implantes no son una opción viable para todos. La recuperación tarda un poco más con juntas de cemento ya que el hueso necesita tiempo para crecer. Por otro lado, algunas investigaciones han demostrado que los implantes cementados son más exitosos para los reemplazos de rodilla que la versión sin cemento.

¿Cómo se determina el tipo de implante que es mejor para usted? Tendrá que hablar con su doctor sobre las ventajas y desventajas de cada uno. Muchos factores deben ser considerados, tales como su edad, peso, fuerza del hueso, la articulación a ser reemplazada e incluso la forma de sus huesos. Su médico puede ayudarle a decidir qué implante funcionará mejor para su cuerpo y estilo de vida



El procedimiento de la operación de prótesis de rodilla consiste en lo siguiente:

En primer lugar se le da antibióticos y medicamentos al paciente que licuan la sangre una media hora antes de la cirugía. Estos medicamentos ayudan a prevenir complicaciones tales como infecciones y coágulos de sangre. Se prepara la pierna para la cirugía limpiándola completamente. La persona se acuesta boca arriba sobre la mesa de operaciones.

Luego se le da bien la anestesia general (lo que hace que quede inconsciente) o la anestesia espinal (con la que se adormece el cuerpo desde el lugar de la inyección hacia abajo). Se procede a realizar una incisión de hasta 30 centímetros de largo, que se extiende desde por encima de la rótula hacia abajo. El tejido blando, como el músculo, se mueve para exponer la articulación de la rodilla.

El cirujano luego cortará la tibia y el fémur y retirará la articulación de la rodilla enferma. Porciones adicionales del hueso de la tibia y del fémur pueden quitarse para asegurarse de que la articulación de la prótesis de rodilla se encuentre en la posición correcta. Por lo general, un tipo especial de pegamento llamado cemento óseo se utiliza para anclar la prótesis de rodilla en el fémur y la tibia. Si es necesario, la rótula de la rodilla se sustituye por una prótesis en forma de botón. Luego se reorganizan los ligamentos y los músculos, y se inserta en la herida un tubo de drenaje. Por último se procede a cerrar la incisión con suturas o grapas. En total, la operación puede durar entre dos y cuatro horas.



 

Terminada la operación, se espera que el paciente permanezca en el hospital por entre cinco y siete días, aunque la recuperación completa tardará entre tres meses a un año. Durante este tiempo de recuperación el doctor le dará ciertos consejos y reglas a seguir para obtener una rehabilitación adecuada y así sacar el máximo provecho posible de la operación de prótesis de rodilla.

La hospitalización postoperatoria varía entre cinco a siete días, en promedio, dependiendo del estado de salud del paciente y la cantidad de apoyo disponible fuera del ámbito hospitalario. Su doctor va a prescribirle medicinas para evitar coágulos de sangre y mejorar la circulación de la sangre. Además, deberá tomar medicamentos para controlar el dolor y antibióticos para prevenir una posible infección.

Hasta que el músculo cuadriceps se haya curado y recuperado su fuerza, será necesario utilizar muletas o un andador. Un dispositivo conocido como Movimiento Pasivo Continuo (o CPM por sus siglas en inglés) es utilizado comúnmente. Este aparato dobla la pierna por usted, progresivamente incrementando la frecuencia y cantidad de grados de movimiento. Si usted esta acostado en su cama, y si su cirujano se lo aconseja, trate de usar el CPM para así apresurar el tiempo de recuperación.

Los pacientes suelen someterse a varias semanas de terapia física y terapia ocupacional para recuperar el movimiento, la fuerza y la función. A menudo, se recupera la amplitud de movimiento a los límites de la prótesis durante las primeras dos semanas (cuanto antes mejor). A las seis semanas, los pacientes por lo general avanzan a la carga completa con un bastón. La recuperación completa de la operación, que implica volver a la función normal completa, puede tomar por lo mínimo tres meses, aunque algunos pacientes notan una mejoría gradual que dura muchos meses más que eso.

Nueve de cada diez pacientes que tienen cirugía de reemplazo de rodilla experimentan menos dolor y mayor movilidad. Usted tendrá que realizar chequeos regulares durante la vida útil de su rodilla artificial y proceder a una rehabilitación, como la fisioterapia y ejercicios especiales. En la mayoría de los casos, la prótesis puede esperarse que dure alrededor de 10 años, aunque un desgaste excesivo puede reducir su vida útil. Es particularmente importante mantener un peso saludable para su altura, ya que la obesidad puede rápidamente dañar la prótesis. Usted necesita entender que su rodilla artificial no funcionará tan plenamente como una sana.